Semillas de destino

Pienso que ninguna mujer que haya decidido ser madre,con el paso del tiempo reclame a sus hijos algún tipo de agradecimiento por haberles dado la vida.

Crecí escuchando este tipo de cosas,provenientes de personas con poca educación, que, a su vez, lo habían recibido de sus madres.

El vínculo entre madre e hijo se inicia con amor desde el vientre y es responsabilidad de ella ,del padre y el resto de la familia, formar a esa nueva persona en un ambiente digno, con respeto y valores,además de nutrición,cuidado y la larguísima lista de necesidades que implica traer un ser humano al mundo y formarlo como una persona de bien.

Conozco historias de madres que, por haber sido abandonadas en su infancia, se volcaron a idolatrar a sus hijos por medio de la sobreprotección. Hasta que una buena pareja o pediatra les abrió los ojos y ayudaron a restablecer el equilibrio.

También hubo quienes se rindieron a mitad de camino, por variadas razones que no pienso evaluar aquí.

Siendo mamá,comprendo las altas y bajas desde el parto hasta la crianza y el bendito desafío de la adolescencia.

La existencia de relaciones tóxicas cuando se unen familias que son incompatibles.

Todo se convierte en una aventura diaria,sobre todo, cuando los grupos convivientes son numerosos y bastante dispares.

Atravesamos un camino plagado de Aconcaguas,creyendo muchas veces que no lo lograremos. Nos cansamos de tantos intentos y, si no tenemos suficiente apoyo, la salud paga el precio de semejante  misión.

Hasta que un día, crecen. Se hacen independientes. Pueden andar solos por el mundo,elegir una carrera, trabajar por sí mismos y comenzar la construcción de su propio camino.

Es allí, en esos momentos emotivos en que se están llevando sus "tesoros" al departamento propio,cuando entendemos que nuestro trabajo ha llegado a su fin.

No signfica abandono o desinterés. Significa alentarlos y hacer espacio para que desplieguen sus alas.

Morder nuestros miedos en silencio y demostrarles nuestra confianza.

Asegurarles con todo el amor que siempre estaremos, que siempre estarán abiertas las puertas de su casa familiar y comprobar, con el paso del tiempo, si hemos cumplido bien nuestra tarea de sembrar en ellos ,las semillas correctas de destino.


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